miércoles, 24 de agosto de 2011

Crítica de Loco y Estúpido Amor (Crazy, Stupid, Love)


Cal Weaver lo tiene todo: un estable trabajo, atractiva casa y buenos hijos. Sin embargo, una fuerte e inesperada confesión por parte de su esposa, provoca que este ideal sueño se desintegre fatalmente causando que su vida adopte varios senderos con los propósitos de ya sea darle una lección a su esposa o quizás buscar la manera de recuperarla. Esto es básicamente una premisa de un completo drama inmerso de múltiples personajes cuyas historias personales se ligan entre sí.

El guión de Dan Fogelman es maduro y honesto por el empleo de algunas temáticas actuales. En ningún momento cae en la obscenidad ni lo grotesco. Obviamente existe un lenguaje directo en cuanto a los términos relacionados con sexo, mas hoy en día ni los niños se asustan como solíamos hacerlo en nuestros tiempos. Entonces, podría indicar que este drama es recomendado para la familia en general, incluyéndose menores por el motivo de que ofrece un gran mensaje.

Entre sus posibles comparaciones estarían Juno y Pequeña Miss Sunshine. Desde que inicia nos enganchan con una sola y clásica frase. Inclusive se nos muestran las parejas, las cuales curiosamente abarcan en conjunto a una amplia demografía por tratarse de adultos maduros, jóvenes enérgicos y adolescentes inocentes. Tampoco se descartan ciertas críticas severas sobre nuestro entorno como: la infidelidad, mujeriegos, moda, amor y la edad.

No se trata de una obra dramática al cien por ciento; sino incluye varias escenas cómicas. Si eres de los que lloran, podrías llorar también de la risa especialmente en una secuencia donde los hombres se agarran a pleitos mientras las mujeres intentan calmarlos desde lejos ¡Clásico! Aparte de aprender ciertas enseñanzas sobre las relaciones, se refuerzan las ideologías sobre la existencia de una alma gemela.

Creo que nosotros, los hombres, aprovechamos mucho de esta película, por ejemplo: hay que decir que somos mejores que la Gap, deshacernos de los zapatos viejos, vestir casual y de marca si se puede, tener carteras en excelentes condiciones, evitar la pereza y sobretodo escuchar las conversaciones. Por lo regular, siempre tendemos a ver películas donde la vestimenta se centra en las mujeres, pero aquí es lo opuesto y ello le da frescura.

De nueva cuenta, Steve Carrell demuestra ser un actor completo por su alta concentración en presentarse como un hombre serio de familia. Tiene varios gestos y diálogos que nos hacen reír, pero afortunadamente no recurre a su clásica personalidad de simple o chistoso. Es más, cualquier adulto podría identificarse con él y más cuando se encuentra atravesando por ese proceso. Su compañera Julianne Moore no es extraña de este género, llora con tanta facilidad y no teme a mostrar su nerviosidad. Ya van dos veces que interpreta a un personaje similar, pero en esta ocasión, agregó distinciones únicas de las cuales también varias mujeres podrían sentirse en las mismas condiciones. Al lado de Carrell forman una inusual pero creíble pareja de casados, es parte de su trabajo liderar el drama con su madurez  y lo hacen tan realísticamente, que es imposible no ignorarlos.

Ryan Gosling quedó perfecto como el Don Juan de las mujeres, su aspecto físico y carisma fueron un combo bastante justificante. Como algunos dicen: es cuestión de imagen. Debo aplaudir sus cachetadas, únicas. A pesar de ser un personaje cuyas transiciones no se detectan, se defiende con su ejecución actoral. En compañía de Emma Stone, ambos comparten una excelente química y se desenvuelven con espontaneidad. Stone es una jovencita única en el cine y ha estado reuniendo éxitos taquilleros por su naturalidad y originalidad en lo que hace.

La tercera pareja la conforman los jovencitos Analeigh Tipton y Jonah Bobo. Los dos podrían caer en la inmadurez pero también podría tratarse de lo opuesto. Asumo que el amor no tiene edad ni limites, pero descuiden no sucede nada inapropiado. Intrínsecamente se conlleva con respeto e inocencia, si es que así se le puede llamar. Cabe destacar a Jonah porque sus expresiones parecen tan conscientes que si llegas a creer realmente en la frustración experimentada por estar enamorado de alguien fuera de su alcance. Asimismo al lado de Analeigh, interactúan hábilmente ante las circunstancias de la pareja principal.    

En cuanto a los invitados: Marisa Tomei es simplemente grandiosa por su exquisito melodrama y groserías; Kevin Bacon sólo necesita mostrarnos esa tonta sonrisa para incomodarnos, pero ello es bueno puesto a que así es su personaje; me sorprende ver en pantalla al cantante Josh Groban, si decide hacer una carrera en el cine, yo digo que es posible ya que su papel es un poco insípido pero ese es el propósito.

En cuanto a los aspectos técnicos se manejan tranquilamente como debería serlo por la naturaleza del género. Los encuadres no tiemblan y las localizaciones se disfrutan aunque sean cotidianas. Se aprecia la atención en la ropa casual en los hombres y las canciones seleccionadas le suman a nuestras emociones. Para tratarse de la segunda película de los directores Glenn Ficarra y John Requa, Loco y Estúpido Amor es un drama recomendable no sólo para los que han tenido un corazón roto sino para todo aquél que busca analizar el contexto actual de las relaciones.


Un Loco Pero No Estúpido Filme de Amor

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