sábado, 10 de septiembre de 2011

A La Renta: Priest: El Vengador



A mediados de mayo, contamos en las carteleras con una película futurística donde los sacerdotes combatían una plaga de vampiros hasta su supuesta extinción. Esta adaptación basada en los comics, fracasó en la taquilla tras una fuerte campaña en el formato 3D. Ahora tras haberla rentado, me doy cuenta que básicamente se debió a su trama genérica y fugaz.

Obviamente no pudo faltar la crítica a la iglesia y la relación personal con la fe como suelen utilizarse en esta clase de producciones religiosas. Los editores logran sacarnos varios sustos gracias al buen empleo del sonido, la iluminación y los decentes efectos especiales de las criaturas. Encontré la cinematografía de la ciudad bastante renovadora, me recuerda a Blade Runner aunque haya sido empleada a la brevedad. El desierto y lo subterráneo son los contextos dominantes y esto conforma un choque en la publicidad.

Si hubieran optado por agregar una secuencia de acción en la misma ciudad, el filme hubiera tenido una oportunidad de brillar no sólo en la taquilla sino en su formato. Se percibe las intenciones de hacer una secuela, más no se es claro si podría ser posible. Tras analizar las incógnitas, se me hacen un absoluto desaprovechamiento porque ahí yacía el potencial oculto de una verdadera película del verano.

No es por degradar a este buen actor, pero Paul Bettany es opacado por sus compañeros debido a que su personaje es excesivamente inexpresivo y no posee carisma alguno para importarnos. No tenemos referencias sobre su pasado y es predecible en cuanto a sus secretos. Inclusive está demasiado tenso y por ende nunca descubrimos su naturaleza interna.

Karl Urban es un auténtico villano cuyas escenas son oro por sus meras expresiones. A pesar de contar con un poco de su presencia, es suficiente para cautivarnos. Una de sus mejores escenas es cuando está dirigiendo con sus manos una melodía clásica mientras los vampiros atacan un pueblo. Espero e interprete en un futuro a otro personaje similar porque el actor aún tenía mucho por ofrecer.

Cam Gigandet a quien reconocemos difícilmente en Crepúsculo como el rastreador James, recibe la oportunidad de su vida al quedarse como el ayudante del sacerdote. Un futuro héroe de acción, no cabe duda. Haber adoptado ese aspecto físico le otorgó presencia y su actitud es el que mejor armoniza con la audiencia. Apoyando también en la causa están: Maggie Q quien se nos muestra más humana entre los de su tipo, Lilly Collins cambia el drama deportivo por el suspenso-horror y Christopher Plummer se reduce a un cameo.

En conclusión, Priest: El Vengador es un relato de ficción narrado de forma superficial e inconclusa. Inclusive el protagonista principal fracasa en convertirse en una atracción. Si no fuera por el resto del reparto, esto sería una obra mediocre. No espero con ansias una secuela, pero igual existen muchas dudas considerándose su trayectoria mundial. El concepto era bueno pero de alguna forma se volvió pasajero por su limitación territorial y los elementos reservados para la secuela.

ENTRETIENE PERO NUNCA SE DEFINE

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