sábado, 28 de septiembre de 2013

Crítica de Elysium

 
Existen dos tipos de clases en el año 2154: los pobres quienes habitan la contaminada Tierra mientras que los ricos viven saludablemente en una lujosa estación espacial llamada Elysium. El deseo de llegar a ese paraíso se encuentra en Max Da Costa quien tras ser expuesto a la radiación, no le queda opción que regresar al contrabando aunque deba depender de un implante robótico para mejorar sus habilidades de sobrevivencia.
 
Tecnológicamente hablando se encuentra en camino pero contextualmente, Elysium se aproxima a la realidad en muchos sentidos. Comúnmente la decadencia de la Tierra es evidente, hasta el grado que los escenarios de Los Ángeles se filmaron en el distrito de Iztapalapa en las afueras de la Ciudad de México porque la cinematografía concordaba con las características de esta zona devastada.
 
Los implantes robóticos cada vez se están volviendo acertados principalmente en el avance de la aeronáutica. Cada vez se programan a las máquinas para realizar las operaciones, se diseñan brazos y piernas para sustitución, por el momento las visas cuentan con un rastreador lo cual no pasará mucho para que nos lo inserten en nuestras manos o cabeza como un identificador oficial.
 
La situación laboral si es un hecho actual porque existe mucha injusticia salarial, problemas en el sistema de salud donde no todos cuentan con esa prestación y la sobreexplotación vinculada con amenazadas de despido. La existencia de las maquiladoras beneficia en lo mínimo porque mayormente termina por destruir tu salud. La paga es mala, la mano de obra exhausta y los beneficios nulos. Habrá algunas excepciones más por lo que he escuchado, es una situación que merece regulación, pero honestamente ¿qué empresa no la requiere?  
 
La clase media es inexistente porque aquí solo se manejan los pobres y ricos, lo que me pone a pensar que también vamos para allá considerando como los precios han aumentado mientras el salario se mantiene en lo mínimo. Debido a la sobrepoblación pues podría decirse que siempre habrá demanda. Curiosamente soy de la ideología de que si los ricos se pusieran a ayudar, la economía global sería otra historia pero debido a nuestro egoísmo como seres humanos y la necesidad de tener más es la razón fundamental por la cual muchos viven como pobres para que pocos vivan como ricos.
 
La seguridad de Homeland  y la inmigración son los puntos clave de esta adaptación porque resultan ser los únicos puntos que reciben desarrollo puesto que el resto sólo son manejados superficialmente. A través de un personaje principal, un antagonista y un intermediario se comprenden este sistema aunque al final sólo resultan subtemas porque el corazón del guion radica en la travesía de Max por salvarse de la muerte inminente.
 
En el aspecto narrativo, Neill Blomkamp supera a Distrito 9 por tener una definida línea histórica, además de contar con un auténtico desenlace. Se inspira en las problemáticas de la sociedad moderna y le añade ciencia ficción para darle esa sensación futurística. Por ejemplo: los agentes robóticos son sinónimos de los oficiales de migración quienes andan revisándote lo que traen y contestándote de mala gana para ver si caes. Interesantemente contiene un contenido crítico que posteriormente se puede analizar pero presiento que no será de gran satisfacción hacerlo.
 
La dirección de Blomkamp es un poco sucia y quizás esa haya sido la intención. Visualmente impresiona con los escenarios de Elysium pero se produce mucha tensión por las ruinas de Los Ángeles. Cinematográficamente destroza a Después de la Tierra y Oblivion, mas no se hable de la trama porque Blomkamp nos ilustra con espectaculares efectos especiales. Dudo reciba el mismo tratamiento de Distrito 9 en la Academia pero no descartó las posibilidades.
 
Los encuadres se distorsionan especialmente en las secuencias de acción, desconozco si se deba por localizarse en la Tierra mientras que las de Elysium son un poco más apropiadas. Aun así se aprecia el nivel de calidad empleado en los combates personales y en las naves. La música de Ryan Amon deja un poco por desear, no sé quizá debió reducir ciertas tonalidades para multiplicar su suspenso y ayudar al expectante a poder conmoverse con lágrimas y no en seco.   
 
Es inusual ver a Matt Damon con múltiples tatuajes en su cuerpo y calvo. Previamente el rol había sido ofrecido a los raperos Ninja y Eminem pero por cuestiones de localización, no aceptaron. Por tanto Damon aceptó las condiciones e inmediatamente adoptó una rutina de 4 horas en el gimnasio para adquirir resistencia física. Debido a su actitud seria, nos es fácil acoplarnos con sus necesidades básicas, añadiendo su esfuerzo al dialogar en español.
 
Preparando el aspecto emocional, Alice Braga interpreta eficazmente la figura maternal y por tanto logra conmovernos mediante sus reaccione. Pese a contar con pocos momentos con Damon, ambos comparten buena química deseándonos haber visto un poco más de esta extraña relación.
 
Sharlto Copley resulta ser la sorpresa ya que deja de ser la imagen simpática de Distrito 9 y se apoya en el aspecto kinésico de su personaje en Brigada A pero llevándolo más al extremo macabro en cuestiones psicópatas. Realmente su enferma diversión nos causa disgusto lo cual es un punto a favor de su carrera. Indudablemente sus combates con Damon son épicos.   
 
Entre algunas menciones: Jodie Foster es perfecta como la Secretaria de Defensa porque el odio hacia ella fluye por su astuta caracterización, Diego Luna sobresale con estabilidad y Wagner Moura la da otro giro a la autoridad contrabandista.   
 
En conclusión, concuerdo con el Director Bloomkamp en que Elysium no es una predicción del futuro sino es hoy, este momento. Se trata de una adaptación provocativa, actual e ingeniosa que no querrás perderte.          
 

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