viernes, 28 de noviembre de 2014

Crítica de Quiero Matar a Mis Jefes 2 (Horrible Bosses 2)


Como su slogan lo dice “Nuevo crimen, mismas herramientas” contamos con el retorno del trío original en compañía de dos de sus exjefes. La historia se desvía un poco del planteamiento original, cambiándose el asesinato por un secuestro del cual tanto veteranos como novatos se benefician altamente por el brillante dinamismo en que se desenvuelven entre sus interacciones.  

Existía un poco de riesgo cuando se anunció que Seth Gordon no regresaría a dirigirla, pero tras ver Quién Son Los Millers supe que Sean Anders había sido el reemplazo adecuado y vaya que estuve en lo correcto. Anders se manejó con cautela para no incomodarnos  con el abundante humor negro ya que nunca llega a sentirse vulgar.

Inclusive te hace reír por su creativa forma de ejecutarse, en mayor parte a la edición la cual es bastante limpia y de notoria calidad considerando la persecución en el auto. Hay infinidad de escenas memorables aparte de esta como también la reunión de los adictos, la planeación del secuestro, la infiltración a la casa, durante el programa televisivo y en la zona de trabajo.

Nunca hubiese anticipado que pudiera gustarme mucho más que la original. En comparación directa con ¿Qué Pasó Ayer? 2 y Comando Especial 2, es obvio detectar el error de tratar de replicar los sucesos anteriores. A diferencia de aquí donde se refrescaron ciertos elementos mientras otros se sacrificaron para darle otro estilo a las bromas.

Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis nos mantienen entretenidos de principio hasta el  fin. Sus acciones son impredecibles y en cuanto a sus torpezas, ridículamente genuinas. Los comportamientos de cada uno de ellos son lo que le dan vida a esta secuela. Hay bastante fluidez con Chris Pine quien resultó ser indiscutidamente la mejor entrada.

Tampoco descartemos el porte de Christoph Waltz, la villanía en él se le da con tanta elegancia que pese a estar limitado en el sentido del humor, nos distrae de percibir la gran imagen con su nefasto antagonismo. Lo mismo va para Kevin Spacey y Jennifer Aniston, a lo mucho los vemos en un par de escenas, pero la verdad ¡como nos hacen reír con sus conductas estereotipadas!

Otro que resulta sorpresa es Jamie Foxx ya que finalmente formó parte de la ecuación durante el tercer acto. La forma en que pronuncia abruptamente aquellos diálogos lo torna popular. Lamentablemente no pudimos verlo reunirse con Waltz. Como mención especial: Jonathan Banks añade buen suspenso como el Detective Hatcher.  

En conclusión: Quiero Matar A Mi Jefe 2 remueve la tensión para enfocarse en la comedia originándose ese efecto  anti-estrés. No hay mejor medicina que la risa y esta secuela es prueba de ello. Risa tras risa e inesperada al girar ante su familiaridad. Fácilmente la comedia del año, no cabe duda y esto gracias a que todos sin excepción lucen juntos y por separados. 

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