sábado, 23 de mayo de 2015

Crítica de Tomorrowland: El Mundo del Mañana


Inesperadamente Casey Newton se encuentra con un misterioso pin entre sus pertenencias. Tras tocarlo obtiene un breve vistazo al fantástico Mundo del Mañana quedándose a su vez enganchada con esta visión. Decidida a validar su existencia, es puesta inmediatamente en peligro a acudir al lugar más equivocado de todos.

Posteriormente de Misión Imposible: Protocolo Fantasma, Disney decidió confiar en Brad Bird para darle vida a una de sus temáticas más innovadoras de su parque de diversiones. Enhorabuena, Bird hizo una gran labor en presentarnos una adaptación fluida en las emociones de su elenco aunque imperfecta en su narración.

Básicamente se oculta bajo la misma sombra de su ciencia ficción por haber tratado de retomar muchos elementos clásicos en sólo dos horas de su duración, de los cuales se vuelve contraproducente ya que es aquí donde la dirección de Bird se descarrila pese a estar bien cimbrada en su concepto visual.

El detalle radica en el guión de Damon Lindelof (Prometeo), demasiada retroalimentación inclusive para mí gusto. Hay diálogos para todo pero ningún origen definido. Uno debe llenar los huecos conforme se descubren los distintos matices en su extenso contenido. Se aplaude su optimismo y el modo en que se nos proyecta el negativismo, su conjunto otorga una especie de conciencia.   

Me impresiona la complejidad del mensaje que se nos da, especialmente ante la oleada de problemáticas que nuestro planeta encarna. Sin embargo, nada de lo mostrado llega a estar tan claro del todo. Por haber tratado de retomar mucho, se descuidó el bombardeo directo de su verdadero mensaje.

Fue un terrible error habernos revelado Tomorrowland en los primeros minutos, ya que la visión por parte de Casey pierde poder y no se hable durante su desenlace porque nunca se recupera ese espíritu de intriga, emoción y aventura. Estas son de esas películas que hubiesen quedado muy bien con veinte minutos menos.

Dicho esto, hubiese omitido la introducción de Frank para darle ese peso a la perspectiva de Casey. De hecho yo me hubiese limitado sólo y exclusivamente a ella durante la primera hora, usándola como el punto central porque conforme avanza la trama, la atracción se disuelve ante la existencia de tres protagonistas, causando un desequilibrio en su de por sí amplia narrativa.

Y eso que George Clooney como Frank termina robándose el protagonismo de Britt Robertson como Casey cuya existencia está sólo de recordatorio. El refuerzo al pasado estaba cumplido a través de Raffey Cassidy, por tanto, estuvo de más recurrir a dos introducciones al Mundo del Mañana por parte de cada uno de los protagonistas.

Tanto Tim McGraw como Hugh Laurie están desaprovechados, en este último hizo falta una inversión pero una gran inversión de tiempo para darle ese merecido desenvolvimiento porque en conjunto con el resto, tampoco logramos comprenderlo.  Asimismo la fuerza del villano se resume justo al final donde toda la construcción histórica vuelve a girar.

Como un as debajo de la manga, este guión se excede en muchos trucos de los cuales requiere de nuestra absoluta atención, extremada paciencia y sobretodo tolerancia para dejarse ir con la corriente. Hasta eso te diviertes con algunas excentricidades y te entusiasmas con las creativas secuencias de acción.

No será la obra maestra prometida, pero al menos cumple con su propósito de entretenernos con optimismo y delicadez hacía el futuro, aunque la conexión no haya estado claro del todo. Cabe mencionar que existen referencias a otros parques de diversiones de Disney y contamos con la presencia física de Star Wars.

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