sábado, 23 de enero de 2016

Crítica de El Renacido (The Revenant)


Situada en Montana y Dakota del Sur, el cazador Hugh Glass se encuentra liderando una expedición militar a cargo de conseguir pieles de animales. Ante un ataque inesperado de indios, son obligados a huir a las montañas donde Glass hace lo posible por proteger a su hijo mestizo que a su vez representa una amenaza para algunos de sus compañeros.

Quienes me han seguido en el último año, sabrán que no favorezco la dirección de Alejandro G. Iñarritu. Aún sostengo con firmeza que no debió haber ganado con Birdman, todavía con este drama del viejo oeste que de igual manera está siendo sobrevalorada quizás para calmar las aguas turbias en la Academia. 

Debo confesar que es la primera vez que terminó de ver una de sus películas corrido. Para mi sorpresa, la encontré satisfactoria a pesar de su edición lenta, pesada y una cinematografía donde divagaba a cada rato en conjunto con unos encuadres temblorosos en las repetitivas secuencias de acción.

Los actores nominados, como en este caso el Sr. Leonardo Dicaprio, no tienden a ganar cuando sus papeles exceden en el sufrimiento humano pero esto podría cambiar. No tengo nada en contra de este talentoso actor, se respeta los grandes riesgos que corrió en cuestiones de salud y demanda física. Tal como se lo exige este melodrama.  

Honestamente me gustó ver más a Matt Damon en The Martian y Will Smith en La Verdad Oculta. Lo mismo podría decirse de Tom Hardy ya que en sí, su interpretación es plana cuando pudo haber adoptado otra tendencia en total contraste con Domhnall Gleeson y Will Poulter quienes para mi humilde punto de vista, terminaron impartiendo su presencia.

Gleeson ha demostrado tener la capacidad para ser un futuro protagonista mientras Poulter nos recordó lo dispuesto que está para llevar sus emociones a otro nivel. Ambos lograron salirse de su zona de confort y por eso creo, que debieron de haber recibido más tiempo en pantalla de lo que tuvieron.

Enhorabuena la cinematografía es de las mejores que haya visto inclusive para Iñárritu y Lubezki. No era necesario dejar reposar la cámara ya que este estilo se torna contraproducente al matarle el buen ritmo. Como si quisiera profundizar en los sentimientos de los personajes a través del paisaje estático pero me temo que no existe suficiente información de por medio.

El guión favorece al personaje principal al igual que al antagonismo, pero los dos carecen de un sólido antecedente dado que las referencias no son suficientes. Realmente nunca llegamos a comprender a nadie como imagino hubiese querido el novelista Michael Punke, pero a Iñarritu siempre ha favorecido la incomprensión narrativa.  

En qué momento la Academia pensó en nominarla para efectos especiales, vestuario, maquillaje, música y sonido. La secuencia del oso debió haberse reducido a la mitad, he visto peores cuerpos, el sonido es básico y la música poco inspiradora.  La fortaleza de la batalla principal nunca llega a la altura de otras, es por ello que reiteró que fue sobrevalorada.

En conclusión, fácilmente la mejor producción de Iñarritu pero no la mejor de Dicaprio porque sigo prefiriendo Los Infiltrados, Diamantes de Sangre y hasta Django Sin Cadenas.  Si le hubiesen reducido media hora de la cual hubiesen hecho más participes a Poulter y Gleeson, entonces tendríamos a aquella adaptación de 12 nominaciones de la cual todo los medios está aclamando. 

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